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Revisión del 16:25 28 Ago 2014
- Para la unidad de Warcraft III, véase Catapulta (Warcraft III).
Catapulta humana.
Las 'catapultas son máquinas de guerra que utilizan un gatillo o impulsor para lanzar proyectiles hacia sus objetivos a través de un mecanismo tan sencillo que ha sido empleado de diferentes formas en el campo de batalla.[1] La Horda es la facción que más ha usado catapultas, adoptándolas como su arma de asedio principal a lo largo de las tres grandes guerras.
Catapultas primaverales
Una catapulta de primavera carece del eje que varias armas similares poseen, usando en su lugar un sistema de poleas. Una vez que el proyectil se monta en la honda al final del brazo, éste es impulsado lanzando el proyectil contar el objetivo. Las catapultas primaverales son sencillas de construir y a menudo son hechas y diseñadas desde cero por los manitas o ingenieros en plena batalla.[1]
Catapultas de torsión
El brazo de una catapulta de torsión se monta en un eje fabricado de una madeja trenzada de cuero o de tendones. Una vez puesta en su lugar, el contenedor ubicado al final del brazo es cargado con un proyectil listo para ser disparado.[1]
Catapultas de asedio
Es una versión más grande de las catapultas de torsión. Ésta fue hecha para cargar grandes bultos muy por detrás de las líneas frontales del enemigo.[1] En el campo de batalla de la Isla de la Conquista, es común encontrar este tipo de catapultas.
Catapultas de juguete
Originalmente destinadas como máquinas de asedios producidas en masa para ser llevadas en la espaldas de cada soldado, estas catapultas pueden ser reducidas al tamaño del juguete de un niño. Desafortunadamente eran muy frágiles y costosas. Un ejército orco gastó todo su tesoro para crear una unidad tipo "caballería catapulta" equipada con estas pequeñas armas, sólo para que tanto la unidad y su arma caigan en batalla en una sola emboscada. Sin notar sus verdaderos poderes, los oponentes victoriosos se llevaban los "juguetes" para darles a sus hijos. No se sabe cuántos de estos objetos están esparcidos por el mundo, acumulando polvo en los estantes de la habitación. Este es una catapulta de asedio hecha de piedra puntiaguda que efectivamente tiene la propiedad de contraerse hasta 30 centímetros.[2]
Catapultas humanas
Como máquina de guerra final para la Primera Guerra, la catapulta lleva la muerte más cruel a los que pasan por su camino. Son capaces de destruir cualquier cosa a su alcance, con un proyectil que puede aplastar hasta las defensas más duras y a través de las líneas de edificios. Esta máquina es enorme, lenta y difícil de maniobrar, pero el poder que contiene la hace esencial en las fuerzas de la Alianza.[3]
La misma tecnología fue adaptada por las versiones primaverales, de torsión y de asedio en etapas posteriores. Tras la Primera Guerra, los humanos prefirieron la balista, sin dejar de producir catapultas, que era otra máquina potente producto de la colaboración entre varias fuerzas de la Alianza.