Wowpedia
Línea 68: Línea 68:
   
 
¡La siguiente parte de mi viaje iba tomando la forma de una verdadera aventura!
 
¡La siguiente parte de mi viaje iba tomando la forma de una verdadera aventura!
  +
  +
==Capítulo tres: Cómo atrapar a un hozen==
  +
  +
¡Después de mi travesía por el Valle del Amanecer, continué hacia La Granja de Dai-Lo!
  +
  +
Este bello lugar es el granero de La Isla Errante, y por lo que leí en El Gran Archivo: el suelo de la región es uno de los más fértiles del mundo. La propia Granja de Dai-Lo es una pequeña comunidad campesina cerca de El Labrantío: extensas y serpenteantes extensiones de tierra cultivada repletas de calabazas, zanahorias y demás manjares.
  +
  +
Toda esa comida madura en campo abierto hace que esta zona sea uno de los objetivos primordiales para plagas como los mures. Esas peludas alimañas devoran todo cuanto puedan atrapar en sus mugrientas y diminutas zarpas, pero especialmente las verduras les vuelven completamente locos. Pero los mures no son más que uno de los problemas de la granja. Mientras me llevaba a Dai-Lo, el conductor del carro, Lun, me habló de un grupo de ladrones hozen que se habían adentrado a hurtadillas en la aldea y habían escapado con unos cuantos sacos de arroz y verdura. Normalmente los tenaces monos se solían quedar en la Aldea Fe-Fang, en la parte noroeste de la isla, pero a veces aparecían y causaban problemas.
  +
Que no se me malinterprete: me gustan los hozen. Tienen sus propias y encantadoras costumbres y tradiciones. Los hozen son unos chalados, pero divertidos y adorables. Lo malo es que demasiadas veces su locura va un poco más allá de lo tolerable.
  +
  +
Me quedé perpleja al enterarme de que nadie estaba intentando encontrar a los ladrones. Supongo que con los mures husmeando, los granjeros de Dai-Lo pensarían que perder un par de fardos de comida de vez en cuando no era nada del otro mundo. Tal y como yo lo veía, si los granjeros permitían a los hozen robar sus cosechas, esas bolas peludas seguirían haciéndolo. ¡Estaban robando nuestra comida, y yo no iba a quedarme sentada y permitir que se salieran con la suya!
  +
  +
Lun dijo que se había visto por última vez a los hozen dirigirse hacia los bosques al norte de El Labrantío, en dirección a un área llamada Las Pozas Cantarinas. No tardé mucho en encontrar un rastro de restos de zanahoria mordisqueados y tallos de brócoli desechados (supongo que incluso los hozen odian el brócoli). Seguí el rastro hasta los apartados bosques esmeralda que rodean las pozas.Siempre me ha gustado visitar esas pozas. Son tranquilas y rebosan magia. He pasado mucho tiempo allí, manteniendo el equilibrio sobre estrechos postes de madera que se alzan sobre el agua. Esas sesiones de entrenamiento son realmente emocionantes, porque caer no solo implica empaparse. Hay algo más que agua.
  +
A lo largo de los años, todo tipo de animales han muerto en las pozas, y sus espíritus se han fundido con las aguas encantadas. Si caes al agua… ¡PUF! Un momento después estás saltando por ahí convertida en rana o arrastrándote por el barro como una tortuga. Incluso hay una poza con espíritus de mofetas. ¡Y después de que la maldición desaparezca seguirás apestando durante días!Me tomé mi tiempo para investigar, observé cómo varios cachorros saltaban de poste en poste bajo la dirección de un pandaren llamado Bo, el Recio. Es un panda corpulento y sensato, y durante años fue uno de mis profesores. Tiene buen corazón, pero es tan divertido como un cubo de cebo para pescado de hace una semana. Siempre está: ¡No hagas eso!... Igual que mi padre. Los dos son justo lo contrario que el tío Chen.
  +
Bo, el Recio advirtió mi presencia mientras caminaba junto a las pozas, y me lanzó una mirada severa. Probablemente pensase que no tramaba nada bueno (obviamente, tenía razón). Por suerte, estaba demasiado ocupado enseñando a los cachorros como para molestarme.
  +
  +
Por fin, acabé encontrando a los ladrones hozen: cinco, para ser exactos. Estaban pasando el tiempo a la orilla de la poza de la mofeta, empujándose unos a otros al agua. Siempre que uno de ellos caía y se transformaba por un breve espacio de tiempo, el resto se ponía a gritar y a armar escándalo como si fuese la hora feliz de la Cervecería Ki-Han.Descubrí lo que quedaba de los sacos de arroz y verduras en una colina cercana, escondidos detrás de un árbol. Los hozen estaban tan ocupados con sus juegos que ni siquiera se percataron de mi presencia cuando me acerqué al escondite para inspeccionar mejor la mercancía. Me arrastré más y más, hasta que la comida estuvo al alcance, y entonces… ¡dos peludos bebés hozen salieron de detrás de las bolsas!
  +
No esperaba que los ladrones fuesen una familia. Probablemente robaron la comida para alimentar a las crías, así que no me atreví a recuperarla. Aun así, todavía podía cobrarme cierta venganza. Lancé una de las calabazas robadas a los hozen que estaban cerca de la poza, y a continuación salí corriendo hacia el interior del bosque. Por el estruendo que escuché, me imagino que tiré a un par de ellos, aunque es posible que al convertirlos en mofetas consiguiera mejorar su olor en lugar de empeorarlo.
  +
  +
Creo que había llegado el momento de afrontar mis temores. Conseguí suministros en Dai-Lo y salí hacia el Bosque Pei-Wu, ¡la zona más peligrosa y prohibida de toda La Isla Errante!
   
 
==Enlaces Externos==
 
==Enlaces Externos==
 
* [http://eu.battle.net/wow/static/images/game/lore/destination-pandaria/lilis-travel-journal/journal-1/LiLiJournal1_es-es.pdf Descarga en PDF] 1ª parte
 
* [http://eu.battle.net/wow/static/images/game/lore/destination-pandaria/lilis-travel-journal/journal-1/LiLiJournal1_es-es.pdf Descarga en PDF] 1ª parte
 
* [http://eu.media.blizzard.com/wow/lore/lilis-travel-journal/journal-2/LiLiJournal2_es-es.pdf Descarga en PDF] 2ª parte
 
* [http://eu.media.blizzard.com/wow/lore/lilis-travel-journal/journal-2/LiLiJournal2_es-es.pdf Descarga en PDF] 2ª parte
  +
* [http://eu.media.blizzard.com/wow/lore/lilis-travel-journal/journal-3/LiLiJournal3_es-es.pdf Descarga en PDF] 3ª parte
 
   
   

Revisión del 21:26 7 sep 2012

El Diario de viaje de Li Li es un relato aparecido en la página oficial como introducción previa a la expansión Mists of Pandaria. Está centrado en las experiencias de Li Li, la sobrina de Chen Cerveza de Trueno.

Introducción

La vida es una aventura.

Eso es lo que una vez el tío Chen me dijo en una carta. Es un sabio consejo, pero mi padre, Chon Po, no lo ve así. Dice que malgasto mi tiempo soñando con el mundo exterior, y que ignoro toda la belleza y maravillas de La Isla Errante. No podría estar más equivocado: me encanta el lugar del que procedo.

Ss-lilis-journal-01-large

Esa es la razón de ser de este diario. Me he dado cuenta de que, si alguna vez llego a ser una gran exploradora como el tío Chen, necesito empezar a escribir sobre mis propias aventuras, igual que hace él. ¿Por qué no comenzar por mi propio hogar? Puede que mi libro termine en El Gran Archivo, junto a las misivas del tío Chen. Mejor aún: ¡puede que, algún día, la gente de la Ciudad de Ventormenta, Orgrimmar, o de otras tierras lejanas, acabe leyendo y conociendo a mis congéneres, nuestra cultura y todo lo que hace que este lugar sea tan maravilloso!

Lo primero es lo primero: una introducción. Nací en la Gran Tortuga, Shen-zin Su, también conocida como La Isla Errante. Hoy en día, muchos de los pandaren de este lugar se limitan a sentarse a ver pasar el tiempo y a contar las mismas historias, pero no siempre fue así. Nuestros ancestros llevaban la aventura en la sangre. ¡Para ellos, cada día en la isla era una oportunidad para descubrir cosas nuevas y fraguar nuevas historias!

Mientras escribo esto, el tío Chen está prosiguiendo con esa tradición en algún lugar del mundo, pero él no es el único. Yo también he sentido la llamada de la filosofía del viajero, justo aquí, en casa, ¡y ya era hora de que me dejase llevar!

Me llamo Li Li Cerveza de Trueno, y esto es La Isla Errante.

Primer capítulo: Repasando lo básico

Ss-lilis-journal-02-large

Decidí explorar mi hogar a través de la filosofía del viajero, una filosofía sobre la cual el tío Chen ha escrito mucho. Básicamente consiste en afrontar cada viaje paso a paso, observando todo lo que hay a tu alrededor, hablando con todo aquel con el que te encuentres y sumergiéndote en cada uno de los detalles.Tras pensarlo largo y tendido, comencé mi viaje por Shen-zin Su donde empecé a conocer la historia de la isla: El Puente del Amanecer. Este enorme puente de piedra se extiende a lo largo de altas colinas cerca del centro de la isla. Desde el punto más alto del puente se puede ver al completo el verde Bosque Pei-Wu, al sur. ¡La vista desde aquí te deja sin aliento!

Ss-lilis-journal-03-large

Tras pensarlo largo y tendido, comencé mi viaje por Shen-zin Su donde empecé a conocer la historia de la isla: El Puente del Amanecer. Este enorme puente de piedra se extiende a lo largo de altas colinas cerca del centro de la isla. Desde el punto más alto del puente se puede ver al completo el verde Bosque Pei-Wu, al sur. ¡La vista desde aquí te deja sin aliento!

¡Escuchar la historia de Liu Lang hizo que creyese que todo era posible! Inspirada, atravesé el puente en dirección al Templo de los Cinco Albores, una brillante torre en el centro de la isla. Entrar en ese gigantesco edificio es como entrar en un mundo totalmente diferente. La lluvia caía a chorros desde el techo; una suave brisa tiraba de mi ropa; y, aunque hacía frío fuera, el aire del interior era tan cálido como el de un día de verano.

Los eremitas dicen que Shen-zin Su y el templo fueron aumentando su tamaño de manera conjunta, como si el edificio formase parte de la Gran Tortuga. Se trata de un lugar sagrado, y hay una buena razón para ello. El templo es el hogar de los cuatro antiguos espíritus de la tierra: Shu (agua), Wugou (tierra), Huo (fuego) y Dafeng (aire). Mientras todos ellos estén sanos y salvos el clima permanece en calma y las estaciones se suceden unas a otras como deben.

El templo está lleno de sabios proverbios y raras baratijas, pero lo que más me interesaba era la estatua de Liu Lang presente en el primer piso. Mientras la observaba, pensé en todas las grandes cosas que Liu había conseguido. ¡Hacía falta echarle valor para hacer todo eso! La aventura debía de haberlo seguido a cada paso que daba, incluso en casa.

Ss-lilis-journal-04-large

Me topé con el maestro Shang Xi cuando ya me estaba yendo. Es una persona muy reconocida en la zona, un pandaren realmente noble y valiente que educa tanto a jóvenes como a mayores. He perdido la cuenta de las veces que me he metido en problemas con Shang, pero siempre se ha mostrado bastante magnánimo (excepto ese día en el que preparé su té con agua corrompida procedente de los estanques malditos). Sea como sea, estaba de buen humor, así que lo asalté con varias preguntas que me habían estado atribulando: ¿Qué haría Liu Lang si estuviera vivo? ¿Dónde encontraría él aventuras en la isla?

—¿Por qué no le preguntas? respondió el maestro Xi, apuntando a la estatua. No había pensado en eso, así que probé a ver qué sucedía. No esperaba realmente recibir una respuesta. ¡Pero obtuve una!

Ss-lilis-journal-05-large

Shu debía haber estado escuchando. El pequeño espíritu saltó sobre los hombros de Liu Lang y lanzó una buena cantidad de agua que salpicó el suelo. Tras un instante, el charco se movió. Se dispersó por la entrada del templo como si tuviese vida propia, y entonces bajó a saltos La Escalera del Albor hacia el exterior.

Seguí al agua tan rápido como pude hasta que alcancé el ancho valle al norte del templo. Nunca pregunté al agua a dónde se dirigía; eso habría arruinado el factor sorpresa. ¡Al igual que Chen, me estaba tomando el viaje paso a paso!

Segundo capítulo: El dilema del amanecer

¡Mi viaje por La Isla Errante prosiguió en El Valle del Amanecer!

Ss-lilis-journal-06-large

Perseguí a la masa de agua que Shu había creado por todas las verdes colinas de la región y los secos matorrales. El pequeño espíritu siempre estaba un paso por delante de mí, pero no me importaba. En ese momento del año el valle estaba precioso y lleno de plantas y animales fascinantes, como los malandrines Hojámbar, bromistas duendes del bosque a los que les encanta hacer jugarretas y travesuras. Siempre me han gustado. Pero mis favoritos en esa parte de la isla son los árboles puzhu, de un color rojo brillante. Tienen algo mágico. Sus pétalos mantienen su color durante meses incluso después de arrancarlos.

Ss-lilis-journal-07-large

Los eremitas dicen que Liu Lang plantó varios brotes y semillas por toda la isla hace ya muchos años. ¿Acaso eso significa que hay los mismos tipos de flores y plantas en Pandaria? Si es así, puede que la gente que viva allí utilice los pétalos de puzhu para fabricar medicamentos y adornos festivos como lo hacemos nosotros.Sea como sea, perdí el rastro al agua de Shu en algún lugar de la Aldea Wu-Song, al norte de El Valle del Amanecer. ¡Y para complicar aún más las cosas, nadie en el asentamiento la había visto! ¿Cómo puedes no ver una masa viva de agua danzando por las calles? Supongo que en realidad no puedo culpar a los lugareños. Parecían ocupados con sus tareas y con la práctica de las artes marciales. Muchos de los mejores monjes de la isla nacen y crecen en Wu-Song, en parte por su cercanía a los Campos de Entrenamiento de Shang Xi. Los campos están situados sobre una enorme colina, justo al este de la aldea. Durante todo el día, los sonidos de los puños desnudos y las armas que golpean a los muñecos de entrenamiento retumban por todo el valle, más abajo. Mientras me dirigía hacia los campos, me encontré con dos de los pandaren más sabios de los alrededores: Aysa Canción Etérea, maestra de la escuela de pensamiento tushui, y Ji Zarpa Ígnea, un maestro de la tradición huojin.

Ss-lilis-journal-08-large

Ambas filosofías son bastante populares, pero cada una cuenta con sus propias peculiaridades. Tushui te enseña a defender lo que está bien por encima de todo. Solo hay un camino correcto en la vida, y ese es siempre el que se debe seguir. Por otra parte, huojin es todo pasión y acción directa. Los estudiantes de esta escuela creen que, mientras se trabaje por un bien mayor, se puede ser flexible acerca de cómo se consigue. Siendo una seguidora de la filosofía del viajero no podía dejar pasar la oportunidad de preguntar a Aysa y Ji cómo debería afrontar la búsqueda de la masa de agua.—Siéntate, observa y espera, joven —dijo Aysa—. Shu es un ser antiguo, y no siempre responderá a tu llamada. Si su agua quiere encontrarte, lo hará... con el tiempo. La visión de Ji fue algo distinta. —Solo encontrarás el agua si eres persistente, pequeña Cerveza de Trueno. Rebusca en cada árbol y cada ribera. ¡No dejes ni una piedra sin remover!Acabé probando ambos métodos. Primero fui a serenarme a la Charca de Fu, un paraje tranquilo al sur de los campos de entrenamiento. Me senté allí y medité durante lo que parecieron horas, pero la masa de agua de Shu no apareció por ningún lado. Entonces seguí el consejo de Ji y me puse a rebuscar en cada arbusto que me encontré. Terminé por darme cuenta de que nada de aquello tenía sentido. Mi misión consistía en explorar. Si Shu me llevó allí por alguna razón, puede que fuese para ayudarme a dar el primer paso en mi viaje.

Ss-lilis-journal-09-large

Tras volver al Templo de los Cinco Albores, me crucé con un conductor de carros llamado Lun y con su enorme yak. Acababa de entregar varios suministros en el templo y se estaba preparando para volver a La Granja de Dai-Lo. Esa parte de la isla parecía tan buena como otra cualquiera para realizar la siguiente visita. Conseguí convencer a Lun para que me diese una vuelta en su carro.Sin embargo, me dio la sensación de que estaba de mal humor. Tenía ese aspecto agrio en su rostro, como el que se te queda cuando pegas un mordisco a un bollo dulce con judías rojas y te das cuenta de que alguien lo ha rellenado con queso de yak rancio (a mí me ha pasado). Tras una ronda de preguntas, conseguí que me dijese la verdad: ¡unos ladrones hozen habían saqueado sus reservas de comida! Claro que me sentía mal por Lun, pero si soy sincera, he de reconocer que también estaba bastante emocionada. Explorar Dai-Lo era una cosa, pero explorarlo y además investigar un robo hozen me parecía un sueño hecho realidad.

¡La siguiente parte de mi viaje iba tomando la forma de una verdadera aventura!

Capítulo tres: Cómo atrapar a un hozen

¡Después de mi travesía por el Valle del Amanecer, continué hacia La Granja de Dai-Lo!

Este bello lugar es el granero de La Isla Errante, y por lo que leí en El Gran Archivo: el suelo de la región es uno de los más fértiles del mundo. La propia Granja de Dai-Lo es una pequeña comunidad campesina cerca de El Labrantío: extensas y serpenteantes extensiones de tierra cultivada repletas de calabazas, zanahorias y demás manjares.

Toda esa comida madura en campo abierto hace que esta zona sea uno de los objetivos primordiales para plagas como los mures. Esas peludas alimañas devoran todo cuanto puedan atrapar en sus mugrientas y diminutas zarpas, pero especialmente las verduras les vuelven completamente locos. Pero los mures no son más que uno de los problemas de la granja. Mientras me llevaba a Dai-Lo, el conductor del carro, Lun, me habló de un grupo de ladrones hozen que se habían adentrado a hurtadillas en la aldea y habían escapado con unos cuantos sacos de arroz y verdura. Normalmente los tenaces monos se solían quedar en la Aldea Fe-Fang, en la parte noroeste de la isla, pero a veces aparecían y causaban problemas. Que no se me malinterprete: me gustan los hozen. Tienen sus propias y encantadoras costumbres y tradiciones. Los hozen son unos chalados, pero divertidos y adorables. Lo malo es que demasiadas veces su locura va un poco más allá de lo tolerable.

Me quedé perpleja al enterarme de que nadie estaba intentando encontrar a los ladrones. Supongo que con los mures husmeando, los granjeros de Dai-Lo pensarían que perder un par de fardos de comida de vez en cuando no era nada del otro mundo. Tal y como yo lo veía, si los granjeros permitían a los hozen robar sus cosechas, esas bolas peludas seguirían haciéndolo. ¡Estaban robando nuestra comida, y yo no iba a quedarme sentada y permitir que se salieran con la suya!

Lun dijo que se había visto por última vez a los hozen dirigirse hacia los bosques al norte de El Labrantío, en dirección a un área llamada Las Pozas Cantarinas. No tardé mucho en encontrar un rastro de restos de zanahoria mordisqueados y tallos de brócoli desechados (supongo que incluso los hozen odian el brócoli). Seguí el rastro hasta los apartados bosques esmeralda que rodean las pozas.Siempre me ha gustado visitar esas pozas. Son tranquilas y rebosan magia. He pasado mucho tiempo allí, manteniendo el equilibrio sobre estrechos postes de madera que se alzan sobre el agua. Esas sesiones de entrenamiento son realmente emocionantes, porque caer no solo implica empaparse. Hay algo más que agua. A lo largo de los años, todo tipo de animales han muerto en las pozas, y sus espíritus se han fundido con las aguas encantadas. Si caes al agua… ¡PUF! Un momento después estás saltando por ahí convertida en rana o arrastrándote por el barro como una tortuga. Incluso hay una poza con espíritus de mofetas. ¡Y después de que la maldición desaparezca seguirás apestando durante días!Me tomé mi tiempo para investigar, observé cómo varios cachorros saltaban de poste en poste bajo la dirección de un pandaren llamado Bo, el Recio. Es un panda corpulento y sensato, y durante años fue uno de mis profesores. Tiene buen corazón, pero es tan divertido como un cubo de cebo para pescado de hace una semana. Siempre está: ¡No hagas eso!... Igual que mi padre. Los dos son justo lo contrario que el tío Chen. Bo, el Recio advirtió mi presencia mientras caminaba junto a las pozas, y me lanzó una mirada severa. Probablemente pensase que no tramaba nada bueno (obviamente, tenía razón). Por suerte, estaba demasiado ocupado enseñando a los cachorros como para molestarme.

Por fin, acabé encontrando a los ladrones hozen: cinco, para ser exactos. Estaban pasando el tiempo a la orilla de la poza de la mofeta, empujándose unos a otros al agua. Siempre que uno de ellos caía y se transformaba por un breve espacio de tiempo, el resto se ponía a gritar y a armar escándalo como si fuese la hora feliz de la Cervecería Ki-Han.Descubrí lo que quedaba de los sacos de arroz y verduras en una colina cercana, escondidos detrás de un árbol. Los hozen estaban tan ocupados con sus juegos que ni siquiera se percataron de mi presencia cuando me acerqué al escondite para inspeccionar mejor la mercancía. Me arrastré más y más, hasta que la comida estuvo al alcance, y entonces… ¡dos peludos bebés hozen salieron de detrás de las bolsas! No esperaba que los ladrones fuesen una familia. Probablemente robaron la comida para alimentar a las crías, así que no me atreví a recuperarla. Aun así, todavía podía cobrarme cierta venganza. Lancé una de las calabazas robadas a los hozen que estaban cerca de la poza, y a continuación salí corriendo hacia el interior del bosque. Por el estruendo que escuché, me imagino que tiré a un par de ellos, aunque es posible que al convertirlos en mofetas consiguiera mejorar su olor en lugar de empeorarlo.

Creo que había llegado el momento de afrontar mis temores. Conseguí suministros en Dai-Lo y salí hacia el Bosque Pei-Wu, ¡la zona más peligrosa y prohibida de toda La Isla Errante!

Enlaces Externos