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'''FURIA DE ODYN, CÓLERA DE HELYA, ESPADAS DE GYERRA DE LOS VALARJAR'''
 
'''FURIA DE ODYN, CÓLERA DE HELYA, ESPADAS DE GYERRA DE LOS VALARJAR'''
 
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El guardián [[Odyn]] creía que las criaturas naturales de este mundo eran demasiado débiles, demasiado blandas y demasiado efímeras como para ser de fiar. Ya le has demostrado su insensatez y ninguno de nosotros duda de que seguirás haciéndolo.
[[Odyn|Keeper Odyn]] believed the natural creatures of this world were too weak, too soft, and too short-lived to be trusted. You have already shown him his folly, and none of us has any doubt that you will continue to do so.
 
 
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Ahora portarás las armas más preciadas de Odyn en defensa de Azeroth. Ve y forja tu legado.
Now you will carry Odyn's prized weapons in defense of [[Azeroth]]. Go forth and forge your legacy.
 
 
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'''PART ONE'''
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'''PRIMERA PARTE'''
 
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Keeper Odyn was inspired to create and army of [[titan-forged]] champions, the [[Valarjar]], and set them to protect Azeroth against the multitude of threats he knew it would face. But his dream was thwarted, and his Valarjar were contained for thousands of years.
+
El guardián Odyn estaba decidido a crear un ejército de campeones [[forjados por los titanes]], los [[Valarjar]], para que protegieran Azeroth ante la gran cantidad de amenazas que sabía que tendría que afrontar. Sin embargo, su sueño se esfumó y los Valarjar permanecieron contenidos durante miles de años.
 
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Before Odyn was imprisoned, he crafted two blades. They were meant to aid the greatest among the Valarjar.
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Odyn fabricó dos espadas antes de caer prisionero. Su objetivo era servir de ayuda a los mejores Valarjar.
 
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En vez de eso, cayeron en manos de sus enemigos.
Instead, they fell into he hands of his enemies.
 
 
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'''PART TWO'''
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'''SEGUNDA PARTE'''
 
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In ancient days, Odyn oversaw the creation of the [[Halls of Valor]], a sanctuary for the spirits of the mightiest [[vrykul]] who had given their lives in glorious battle. He had led the armies of the [[Pantheon]] against the [[Old Gods]], and he knew there would always be a need for brave, fearless champions to face the forces of evil.
+
En tiempos pasados, Odyn supervisó la creación de las [[Cámaras del Valor]], santuario para los espíritus de los [[vrykul]]s más poderosos que habían entregado sus vidas en batallas gloriosas. Dirigió a los ejércitos del [[Panteón]] contra los [[dioses antiguos]] y supo que los campeones valerosos e intrépidos siempre serían necesarios ante la lucha contra las fuerzas del mal.
 
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Los herreros más expertos entre los vrykuls recibieron el encargo de forjar armas y armaduras para estos luchadores sin igual. El guardián Odyn quedó perplejo ante el trabajo de uno de ellos, pues sus escudos eran ligeros y robustos, absolutamente increíbles en manos de un luchador diestro.
The most talented blacksmiths among the vrykul were asked to create weapons and armor for these peerless warrios. Keeper Odyn was awed by the work of one smith; his shields were light and strong, truly astonishing in the hands of a skilled fighter.
 
 
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Odyn le pidió que probara algo nuevo. "No te centres únicamente en la defensa", dijo el guardián, "sino también en la poesía del ataque".
Odyn tasked him to try someting new. "Focus not only on mere defense," the keeper said, "but also on the poetry of aggression."
 
 
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El herrero atendió a las palabras de Odyn y no tardó en ofrecerle dos de las mejores espadas de guerra que jamás hubieran salido de una forja vrykul. Odyn no solo las aceptó, sino que las bendijo con su poder.
The smith heeded Odyn's words and soon presented the keeper with two of the finest warswords ever made on a vrykul forge. Odyn did not merely accept them; he blessed them with his power.
 
 
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Odyn hung these warswords in the Halls of Valor and let them motivate the Valajar, his champions. "These will be carried into battle by only the greatest among you," Odyn said. "So go, then. Prove yourself worthy."
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Odyn colgó esas espadas de guerra en las Cámaras del Valor para motivar a los Valarjar, sus campeones. "Solo el mejor de todos las llevará consigo a la lucha", dijo Odyn. "Adelante, demostrad que sois dignos".
 
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Pasarían muchos años hasta que alguien estuviera a la altura del reto.
It would be many years before someone rose to the challenge.
 
 
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'''PART THREE'''
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'''TERCERA PARTE'''
 
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The first-and-only Valarjar to carry these weapons into battle was named Ingvar. He was a renowned fighter when he was alive, and a legendary warrior after his death.
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El primer y único Valarjar que llevó estas espadas a la batalla se llamaba Ingvar. Fue un prestigioso luchador en vida y un guerrero legendario tras su muerte.
 
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Con la agresividad por bandera, Ingvar lideró un equipo de saqueadores para investigar una cueva de la que parecía emanar magia oscura. Una vez dentro, descubrieron algo terrible: una manada de criaturas corrompidas por los dioses antiguos. Cuando la guerra de los dioses antiguos contra los forjados por los titanes estaba prácticamente perdida, [[C'thun]] lanzó un ataque silencioso por todo el mundo, apoderándose de la mente de cualquier ser vivo que tocara.
Always aggresive, Ingvar led a raiding party to investigate a cave that seemed to be dripping with dark magic. Inside they found something terrible: a pack of creatures that had been corrupted by the Old Gods. When the Old Gods' war against the titan-forged had been all but lost, [[C'Thun]] quietly lashed out worldwide, seizing the minds of whatever the entity could touch.
 
 
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Ingvar y sus camaradas eran increíblemente inferiores en número, pero no huyeron. La mayor parte de los vrykuls cayeron en cuestión de minutos, pero Ingvar permaneció en pie. A pesar de sus graves heridas, consiguió atravesar la cueva mientras acababa con todos los enemigos que hallaba en su interior.
Ingvar and his comrades were frighteningly outnumbered. But they did not run. Most of the vrykul fell in minutes, but Ingvar remained standing. Though badly wounded, he fought his way through the cave and destroyed every enemy inside.
 
 
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After his last breath, the [[Val'kyr]] [[Helya]] sent his spirit to the Halls of Valor, where Odyn welcomed him with open arms.
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Tras su último aliento, la [[val'kyr]] [[Helya]] envió el espíritu del guerrero a las Cámaras del Valor, donde Odyn lo recibió con los brazos abiertos.
 
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'''PART FOUR'''
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'''CUARTA PARTE'''
 
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Ingvar's death had been a noble sacrifice that resulted in victory against incredible odds. Keeper Odyn declared him a paragon among the Valarjar and bestowed upon him these warswords. In times of great peril, Ingvar was always the first to lead the Valarjar into the fray.
+
La muerte de Ingvar fue un noble sacrificio que se tradujo en una victoria contra todo pronóstico. El guardián Odyn lo declaró un ejemplo para los Valarjar y le otorgó la propiedad de las espadas. En época de grandes peligros, Ingvar siempre fue el primero en guiar a los Valarjar hacia la refriega.
 
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No obstante, sus actos heroicos llegaron a su fin.
But all too soon, his acts of heroism came to an end.
 
 
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When Odyn had set out to realize his vision for the Halls of Valor and the Valarjar, he had needed to create Val'kyr, spirits capable of preserving worthy souls for all time. Helya had not been interested in becoming a Val'kyr. No one had volunteered, in fact. Odyn had transformed her and others into Val'kyr against their will.
+
Cuando Odyn quiso hacer realidad su visión de las Cámaras del Valor y los Valarjar, tuvo que crear a las val'kyr, espíritus capaces de conservar las almas dignas hasta el fin de los tiempos. Helya no había mostrado interés en unirse a las val'kyr. De hecho, nadie se había ofrecido a ello. Odyn la transformó en val'kyr junto a otras en contra de su voluntad.
 
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Durante muchos años, Helya no tuvo ocasión de buscar venganza. Cuando le llegó la oportunidad, la tomó con total determinación.
For many years, Helya had no chance to seek vengeance. When the opportunity arose, she took it without hesitation.
 
 
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'''PART FIVE'''
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'''QUINTA PARTE'''
 
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Keeper Loken had fallen under the sway of madness, but he was clever. He knew Odyn and his Valarjar would be formidable enemies, so he approached Helya with a proposition. He would break Odyn's control over her; in exchange, she would trap Odyn and his champions within the Halls of Valor.
+
El guardián Loken sucumbió al influjo de la locura, pero conservó su inteligencia. Sabía que Odyn y sus Valarjar serían enemigos formidables, así que ofreció a Helya una propuesta. Él rompería el control de Odyn sobre ella y, a cambio, ella tendría que dejar encerrados a Odyn y sus campeones en las Cámaras del Valor.
 
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A Helya le hirvió la sangre y aceptó. El plan salió casi a la perfección. Odyn no se esperaba en absoluto la rebelión de Helya y acabó neutralizado junto a casi todos sus Valarjar en su santuario celestial
Helya's anger burned deep within her, and she accepted. The plan worked almost flawlessly. Odyn was entirely unprepared for Helya's rebellion, and he and nearly all his Valarjar were neutralized, confined to their sanctuary in the sky.
 
 
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Only a few Valarjar were outside of the Halls of Valor when Helya attacked. One of them was Ingvar.
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Cuando Helya atacó, solo unos pocos Valarjar estaban fuera de las Cámaras del Valor. Uno de ellos era Ingvar.
 
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Tomó las espadas de guerra y lanzó un contraataque inmediato, deseoso de derrotar a Helya y liberar a Odyn.
He took these warswords and immediately retaliated, hoping to defeat Helya and free Odyn.
 
 
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'''PART SIX'''
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'''SEXTA PARTE'''
 
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As a Val'kyr, Helya had tremendous control over the spirits of the deceased. Champion or not, Ingvar understood that he was facing a fight he likely would not win.
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Como val'kyr, Helya ejercía un tremendo control sobre los espíritus de los caídos. Campeón o no, Ingvar comprendió que iba a emprender una batalla de la que probablemente no saldría victorioso.
 
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Sin embargo, disponía de aquellas espadas de guerra, imbuidas con el poder de Odyn. No hubo nadie más que lo intentara.
But he had these warswords, imbued with Odyn's power. There was no one else to make the attempt.
 
 
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Ingvar found Helya and tried to strike her down. In his hands, these swords nearly overwhelmed her. But in the end, she overpowered his spirit and smote him into oblivion. His swords fell to Azeroth, among the few Valarjar artifacts that were not trapped within the Halls of Valor.
+
Ingvar encontró a Helya e intentó acabar con ella. Las espadas tenían un gran poder en manos del guerrero. Finalmente, aunque sufrió, ella subyugó su espíritu y lo aniquiló para siempre. Las espadas cayeron en Azeroth, entre los pocos artefactos Valarjar que estaban atrapados en las Cámaras del Valor.
 
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Helya kept them as a memento of her victory over Keeper Odyn.
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Helya se las quedó como recuerdo de su victoria ante el guardián Odyn.
 
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'''PART SEVEN'''
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'''SÉPTIMA PARTE'''
 
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Durante milenios, Helya consiguió tantas almas de vrykuls como pudo y sus filas de [[Kvaldir]], vrykuls corruptos no-muertos, siguieron en aumento.
Over several millennia, Helya claimed as many souls of slain vrykul as she could, and her ranks of [[Kvaldir]]--corrupted, undead vrykul--continued to swell.
 
 
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Helya began to go after the souls of not just the heroic vrykul dead but also the living. Any vrykul who seemed poised to learn the truth about the conflict between Helya and Odyn became a target, and she had her Kvaldir slay them with ruthless efficiency.
+
Helya comenzó a ir tras las almas de heroicos vrykuls caídos, pero también de los vivos. Cualquier vrykul que tuviera posibilidades de conocer la verdad sobre el conflicto entre Helya y Odyn se convirtió en un objetivo. Mandó a sus Kvaldir a matarlos con implacable eficiencia.
 
She started to raise her own champions, the [[Helarjar]] of [[Helheim]], and she had them search Azeroth for her enemies.
 
 
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Comenzó a formar sus propios campeones, los [[Helarjar]] de [[Helheim]], a los que ordenó peinar Azeroth en busca de sus enemigos.
'''PART EIGHT'''
 
 
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'''OCTAVA PARTE'''
Any spirits that ended up in Helya's care suffered greatly. Helheim was torment for vrykul heroes, who found themselves transformed into Kvaldir even if they had been worthy of entering the Halls of Valor as Valarjar.
 
 
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  +
Todos los espíritus que acababan en manos de Helya sufrían terriblemente. Helheim era un infierno para los héroes vrykuls, que acababan convertidos en Kvaldir aunque hubieran demostrado su valía para entrar en las Cámaras del Valor como Valarjar.
Many of these vrykul became more dangerous in death than they had been in life. Empowered by Helya and afraid of disappointing her, they zealously obeyed her commands.
 
 
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  +
Muchos de estos vrykuls consiguieron más poder una vez muertos que en vida. Bajo el estímulo de Helya y con miedo a decepcionarla, obedecían sus órdenes sin rechistar.
Eventually, one of these Kvaldir caught Helya's attention. [[Vigfus Bladewind]] distinguished himself in battle against vrykul, and Helya decided that he was worthy to bear these swords for all time.
 
 
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Finalmente, uno de esos Kvaldir llamó la atención de Helya. [[Vigfus Corriente de Hojas]] destacó en la batalla contra los vrykuls y Helya decidió que era digno de portar las espadas para siempre.
What better way to end the lives of Odyn's faithful than with two of his prized creations?
 
 
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¿Qué mejor forma de acabar con la vida de los fieles de Odyn que con dos de sus creaciones más preciadas?
'''PART NINE'''
 
 
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'''NOVENA PARTE'''
Vigfus Bladewind used these swords to kill many vrykul heroes over the years. Helya even committed some of her own power into the blades, just as Odyn had. Not only did their lethal potential increase, but they made it easier for Helya to claim their victims' souls.
 
 
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Vigfus Corriente de Hojas usó estas espadas durante años para asesinar a muchos héroes vrykuls. Incluso Helya imbuyó las hojas con parte de su propio poder, como había hecho Odyn. El potencial asesino de las hojas no solo se vio incrementado, sino que Helya pudo hacerse con las almas de sus víctimas con mayor facilidad.
In truth, it is her power that makes these weapons truly magnificent. Her power, laced with her hatred, crashes endlessly against Odyn's spirit. The tension between those energies will forever permeate these blades, threatening to overwhelm whoever carries them into battle. A single lapse in the heat of combat could result in oblivion.
 
 
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A decir verdad, el poder de Helya es lo que hace que las armas sean verdaderamente magníficas. Este poder, mezclado con su odio, choca una y otra vez con el espíritu de Odyn. La tensión entre ambas energías impregnará las hojas por siempre, amenazando con abrumar a su portador en combate. Un único despiste en el calor de la batalla podría terminar siendo fatal.
Never forget that.
 
 
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No lo olvides.
'''PART TEN'''
 
 
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'''DÉCIMA PARTE'''
Helya's champion, Vigfus Bladewind, carried these weapons for millennia, spilling untold amounts of heroic blood.
 
 
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El campeón de Helya, Vigfus Corriente de Hojas, llevó estas armas durante milenios, derramando una cantidad inimaginable de sangre de héroes.
On occasion, Helya would test him to see if he was still truly worthy of her favor. She would give him unwinnable fights. Sometimes she would make him battle other exceptional Kvaldir, or she would order him to raid vrykul settlements without any help.
 
 
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En ocasiones, Helya lo ponía a prueba para ver si seguía siendo digno de su beneplácito. Lo llevó a luchas imposibles. A veces lo enfrentaba a otros Kvaldir excepcionales o le ordenaba saquear asentamientos vrykuls sin ninguna ayuda.
With these weapons in hand, he never failed.
 
 
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Empuñando estas armas, nunca fracasó.
'''PART ELEVEN'''
 
 
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'''UNDÉCIMA PARTE'''
In the moments before Bladewind's destruction, he asked Helya for aid. She granted it to him, pouring even more of her spirit into these weapons. A measure of that extra power remains, and it will for all eternity.
 
 
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Corriente de Hojas solicitó la ayuda de Helya en los momentos previos a su propia destrucción. Ella se la ofreció, vertiendo incluso más cantidad de su espíritu en las armas. Aún queda un resto de ese poder adicional y así será para toda la eternidad.
These weapons were forged to assist mighty warriors who fight without fear. They turn bloodlust into power, and only one with an indomitable will can hope to control them. If they are ever wielded against Azeroth again, the world may not survive.
 
 
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  +
Estas armas se forjaron para ayudar a los guerreros más poderosos a luchar sin temor. Transforman la sed de sangre en poder y solo aquel que tenga una voluntad indomable podrá aspirar a controlarlas. Si Azeroth vuelve a sufrir su ataque, el mundo podría no sobrevivir.
If they are used to defend it, the world may never fall.
 
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Si se usan en su defensa, el mundo podría no caer jamás.
 
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Revisión del 18:16 24 jun 2019

Saga of the Valarjar

La Saga de los Valarjar es una tabla de piedra que se encuentra en el Bastión Celestial. Contiene la historia de los artefactos de los guerreros.

Contenido

Desbloquear capítulos

A medida que se incrementa el conocimiento de artefacto, se van añadiendo más capítulos a la historia del arma. Se irán añadiendo a medida que el conocimiento de artefacto llegue a los niveles: 3, 5, 7, 10, 12, 15, 18, 20, 23, 25.

Introducción

SAGA OF THE VALARJAR

Warrior Crest

-Grabada por Fjornson, tallapiedras de los Valarjar-

Strom'kar, la Belígera

Artículo principal: Inv sword 2h artifactarathor d 01 [Stromkar, la Belígera]

STROM'KAR, LA BELÍGERA

La historia humana no está completa sin mencionar Strom'kar. Con esta hoja, un señor de la guerra visionario llamado Thoradin unió a su raza como una sola nación. Dirigió a su pueblo hacia la victoria contra los trols en una de las mayores guerras que la humanidad haya librado jamás. Cambió el destino del mundo. La de Strom'kar es una historia de violencia y derramamiento de sangre, de astucia y desesperación. Y en última instancia, de valor y sacrificio.

PRIMERA PARTE

Las tribus humanas primigenias tenían muchas leyendas sobre gigantes que antaño habían caminado entre ellos. Esos seres poderosos tenían muchos nombres, pero el más habitual era "vrykul". Según las leyendas, los gigantes cuidaban de los humanos como lo harían los padres con sus hijos. Los vrykuls enseñaron a sus primitivos hijos cómo buscar comida y las artes de la mampostería, la herrería y la guerra.

Para cuando llegó la época del señor de la guerra Thoradin, los vrykuls de las tierras humanas habían muerto hacía ya tiempo. Entre los restos de su presencia estaban las armas que habían dejado atrás. Los humanos las trataban como reliquias sagradas y símbolos de sus tribus. Pero la hoja conocida más tarde como Strom'kar se convertiría en mucho más que eso.

En manos de Thoradin, devendría un símbolo de toda la humanidad

SEGUNDA PARTE

Del capítulo ocho de El Único y Verdadero Reino Humano, por el historiador Llore:

"Con los brutales trols Amani asaltando y saqueando, las tribus humanas aún discutían y se peleaban unas con otras. Solo el señor de la guerra Thoradin y su tribu Arathi se dieron cuenta de la insensatez que eso suponía. Si no se unían, los trols de piel de musgo aplastarían a la humanidad y profanarían sus tierras ancestrales.

Así fue como Thoradin se declaró rey y se propuso llamar a las tribus al orden. A muchos se los ganó mediante los matrimonios de sus hijos e hijas. A otros, a través de promesas de riqueza y tierras.

Pero algunos hicieron oídos sordos a la diplomacia. Solo hablaban el lenguaje de la violencia.

Por suerte, Thoradin conocía bien ese lenguaje".

TERCERA PARTE

Durante semanas, Thoradin y sus guerreros se esforzaron por conquistar a la ruda gente de montaña conocida como los Alteraci. Si bien el recién llegado rey se veía capaz de someter a la tribu con el tiempo suficiente, sabía que el coste sería muy elevado. Para evitar un baño de sangre innecesario, cambió de tácticas.

Thoradin se despojó de su armadura de batalla y se pintó símbolos tribales Arathi en el pecho. Con solo Strom'kar en la mano, subió por la montaña y desafió al líder Alteraci, Ignaeus, a un duelo.

Ignaeus no tardó en salir del bosque, con la piel teñida de rojo y sus propias marcas tribales, con su hoja afilada y hambrienta de muerte. Su tamaño y fuerza empequeñecían a Thoradin, pero el líder de los Arathi tenía otras bazas. Había elegido el duelo en un día en el que una espesa niebla envolvía las montañas. Usando la climatología en beneficio propio, Thoradin esquivó los salvajes golpes de Ignaeus y desarmó a su voluminoso adversario.

Ignaeus estaba a merced de Thoradin, pero el líder Arathi no golpeó. Hundió Strom'kar en la tierra húmeda y extendió la maño en señal de paz. Aquel día puso a los Alteraci de su lado.

CUARTA PARTE

La única tribu humana lo bastante poderosa como para acabar con el sueño de unidad del rey Thoradin habitaba en los Claros de Tirisfal. Un gran guerrero llamado Lordain dirigía a la noble gente de la región. No se rendirían ante demostraciones de fuerza como los Alteraci. Para ganar su lealtad, Thoradin debía apelar a sus creencias religiosas.

Así, Thoradin y sus guardias personales realizaron un peregrinaje a los santuarios y las arboledas sagradas de la región. En cada lugar, el rey realizaba rituales como era la costumbre de Lordain y los suyos. Thoradin incluso llevaba un colgante de la mano de plata, una imagen considerada sagrada por los humanos de Tirisfal.

Al término del peregrinaje, Thoradin se reunió con Lordain. El rey prometió que si la tribu se unía a él, adoptaría sus costumbres místicas y las difundiría entre los Arathi. Para sellar su promesa, Thoradin se pasó la palma de la mano por el filo de Strom'kar y mezcló su sangre con la tierra de Tirisfal.

Según las crónicas, Thoradin dijo: "Que esta sea la única sangre que se derrame entre nuestra gente".

Y así fue. Lordain y su pueblo se inclinaron ante el rey Thoradin.

QUINTA PARTE

Del capítulo catorce de El Único y Verdadero Reino Humano, por el historiador Llore:

"Para Thoradin y los otros señores de la guerra humanos primigenios, sus hachas y espadas eran sagradas. Muchos creían que los espíritus de sus ancestros perduraban en sus armas. Teniendo esto presente, resulta extraordinario que Thoradin convenciera a todos los líderes tribales humanos para que le prestaran sus hojas personales.

Los herreros Arathi tomaron fragmentos de metal de cada una de estas armas y los añadieron a la espada magna de Thoradin. Era un golpe brillante, pues garantizaba la lealtad eterna de las tribus. ¿Quién iba a sublevarse contra Thoradin y arriesgarse a golpear la espada que contenía a sus propios ancestros?

Cuando el trabajo hubo concluido, Thoradin llamó a su espada Strom'kar, la Belígera".

SEXTA PARTE

Una vez unidas las tribus humanas, el rey Thoradin se propuso encontrar una nueva capital. Según la leyenda, obtuvo lo que buscaba en un sueño. En él, vio a su padre llevando el pelambre de un lobo negro. Le habló a Thoradin de una tierra árida al sudeste de los Claros de Tirisfal. Si el rey construía su capital allí, su gente prosperaría.

Thoradin buscó la tierra de su sueño, una región conocida hoy como las Tierras Altas de Arathi. Dice la historia que el rey descubrió a un lobo negro que deambulaba por el árido terreno. En aquel punto, Thoradin usó Strom'kar para marcar en la tierra los límites de su ciudad. Luego puso a sus canteros a trabajar.

Así surgió Strom, poderosa capital del primer reino humano.

SÉPTIMA PARTE

Thoradin no era un rey que se quedara ocioso en su trono, igual que Strom'kar no era una espada que se quedara ociosa en su vaina.

Los militares Arathi patrullaban las lejanas fronteras de los territorios humanos, rechazando incursiones de los trols Amani. El rey Thoradin participó en muchas ocasiones, a menudo con gran riesgo para su propia vida.

Un relato habla de una brutal emboscada Amani que golpeó a las fuerzas de Thoradin. Los trols pusieron en fuga a los humanos, separando al rey de sus guerreros. Aunque lo superaban diez a uno, Thoradin no huyó. No suplicó. No se encogió. Un auténtico Arathi mancharía su honor con tales actos cobardes.

Thoradin afiló Strom'kar con los cráneos de sus enemigos y pintó su acero con su sangre. Cuando los guardias llegaron a él, encontraron a su rey alzado sobre diez maltrechos cadáveres de Amani.

OCTAVA PARTE

Del capítulo veintinueve de Las Tribus en Guerra y el Alzamiento de Arathor, por la historiadora Evelyna:

"Para derrotar a los Amani, Arathor y los elfos nobles de Quel'thalas forjaron una alianza. El rey Thoradin reunió a más de veinte mil soldados humanos y lanzó sus ejércitos contra los trols. La batalla decisiva tuvo lugar en la Fortaleza Alterac. Los Amani tenían asediado el bastión. Mientras los humanos defendían la fortaleza del ataque, los elfos irrumpieron en la retaguardia trol.

Thoradin se abrió paso entre las bandas guerreras Amani junto al resto de sus soldados. Con Strom'kar mutilando a un trol tras otro. En cuanto el rey vio que sus fuerzas habían desgastado al enemigo, reveló su arma secreta.

Cien magi humanos emergieron de la Fortaleza Alterac. Acumularon su poder junto al de los hechiceros élficos y lanzaron un único y terrible hechizo contra los Amani. Una columna de fuego bajó a toda velocidad desde el cielo e impactó contra los trols. El aullante torrente de llamas redujo a los Amani a cenizas.

Así terminaron las Guerras Trols, con humanos y elfos triunfantes".

NOVENA PARTE

Tras las Guerras Trols, Thoradin se embarcó en una misión diplomática a Quel'thalas y consiguió un vínculo de lealtad con los elfos nobles. El rey creó un pacto militar según el cual cada bando ayudaría al otro si los Amani volvían a amenazar alguna vez sus tierras. También trazó nuevas fronteras territoriales con los elfos y redactó acuerdos comerciales para fomentar la prosperidad de Arathor durante generaciones.

Antes de que Thoradin abandonara Quel'thalas, los elfos le hicieron un regalo. Sus mejores herreros y encantadores trabajaron Strom'kar y la imbuyeron de un poder extraordinario. Thoradin se maravilló ante la maestría de los elfos. La nueva Strom'kar relucía con una belleza como de otro mundo. Casi no pesaba nada en las manos de Thoradin y, por más que la usara, el filo nunca parecía embotarse.

DÉCIMA PARTE

Con el paso de los años, un canoso Thoradin abdicó de su trono en paz. Rompió la tradición y se quedó Strom'kar para sí. Aunque a algunos les irritó lo que consideraban un acto de avaricia, Thoradin conservó la hoja por razones prácticas. Strom'kar se había convertido en un símbolo de realeza. Thoradin quería que la ciudadanía de Arathor viera a su linaje como los gobernantes legítimos, y no simplemente a quien blandiera la espada.

Libre de su carga de liderazgo, Thoradin pasó buena parte de su tiempo estudiando ruinas ancestrales en los Claros de Tirisfal. Se obsesionó con los orígenes de la humanidad y con los relatos de gigantes que una vez anduvieron por esa tierra. Thoradin aprendió a usar los encantamientos de Strom'kar para localizar lugares de poder ocultos.

Durante uno de sus viajes por Tirisfal, Thoradin y un séquito de sus seguidores entraron en unas misteriosas catacumbas sepultadas bajo tierra. Según las leyendas, ninguno de ellos volvió a ser visto.

UNDÉCIMA PARTE

Existen muchas historias extrañas sobre lo que le ocurrió a Thoradin, pero la verdad es la más extraña de todas. En los Claros de Tirisfal descubrió dos cámaras subterráneas perdidas hacía mucho tiempo. Una pertenecía al noble guardián Tyr. La otra, a una monstruosidad conocida como Zakajz, un sanguinario sirviente de los malévolos dioses antiguos.

Antes de que hubiera una historia escrita, Tyr se había sacrificado para derrotar a Zakajz en una batalla que sacudió el corazón de Azeroth. Los aliados del guardián enterraron a ambos combatientes en el lugar de su mítica confrontación y sellaron la tumba con resguardos mágicos para impedir que nadie perturbara lo que había dentro.

Ignorante de la gran oscuridad encerrada bajo tierra, Thoradin ordenó a los magi de su séquito romper los sellos. Lo consiguieron... y, al hacerlo, sus hechizos arcanos resucitaron a Zakajz sin darse cuenta. Mientras la pesada criatura arrasaba a los seguidores de Thoradin, el antiguo rey no huyó. No suplicó. No se encogió. Ningún auténtico Arathi mancharía su honor con tales actos cobardes.

Thoradin afiló el filo de Strom'kar una última vez, hundiendo la espada en el cráneo de Zakajz. Los encantamientos élficos de la hoja sumieron a aquel horror en un sueño profundo e impidieron que se regenerara.

Fue el último gran acto de Thoradin. En el momento de golpear, recibió una herida mortal de Zakajz. El guerrero que unió a la humanidad murió aquel día, con Strom'kar manchada con la sangre de un último enemigo.

Espadas de Guerra de los Valarjar

Main article: Espadas de Guerra de los Valariar (Inv sword 1h artifactvigfus d 01 [Furia de Odyn] & Helya's Wrath)

FURIA DE ODYN, CÓLERA DE HELYA, ESPADAS DE GYERRA DE LOS VALARJAR

El guardián Odyn creía que las criaturas naturales de este mundo eran demasiado débiles, demasiado blandas y demasiado efímeras como para ser de fiar. Ya le has demostrado su insensatez y ninguno de nosotros duda de que seguirás haciéndolo.

Ahora portarás las armas más preciadas de Odyn en defensa de Azeroth. Ve y forja tu legado.

PRIMERA PARTE

El guardián Odyn estaba decidido a crear un ejército de campeones forjados por los titanes, los Valarjar, para que protegieran Azeroth ante la gran cantidad de amenazas que sabía que tendría que afrontar. Sin embargo, su sueño se esfumó y los Valarjar permanecieron contenidos durante miles de años.

Odyn fabricó dos espadas antes de caer prisionero. Su objetivo era servir de ayuda a los mejores Valarjar.

En vez de eso, cayeron en manos de sus enemigos.

SEGUNDA PARTE

En tiempos pasados, Odyn supervisó la creación de las Cámaras del Valor, santuario para los espíritus de los vrykuls más poderosos que habían entregado sus vidas en batallas gloriosas. Dirigió a los ejércitos del Panteón contra los dioses antiguos y supo que los campeones valerosos e intrépidos siempre serían necesarios ante la lucha contra las fuerzas del mal.

Los herreros más expertos entre los vrykuls recibieron el encargo de forjar armas y armaduras para estos luchadores sin igual. El guardián Odyn quedó perplejo ante el trabajo de uno de ellos, pues sus escudos eran ligeros y robustos, absolutamente increíbles en manos de un luchador diestro.

Odyn le pidió que probara algo nuevo. "No te centres únicamente en la defensa", dijo el guardián, "sino también en la poesía del ataque".

El herrero atendió a las palabras de Odyn y no tardó en ofrecerle dos de las mejores espadas de guerra que jamás hubieran salido de una forja vrykul. Odyn no solo las aceptó, sino que las bendijo con su poder.

Odyn colgó esas espadas de guerra en las Cámaras del Valor para motivar a los Valarjar, sus campeones. "Solo el mejor de todos las llevará consigo a la lucha", dijo Odyn. "Adelante, demostrad que sois dignos".

Pasarían muchos años hasta que alguien estuviera a la altura del reto.

TERCERA PARTE

El primer y único Valarjar que llevó estas espadas a la batalla se llamaba Ingvar. Fue un prestigioso luchador en vida y un guerrero legendario tras su muerte.

Con la agresividad por bandera, Ingvar lideró un equipo de saqueadores para investigar una cueva de la que parecía emanar magia oscura. Una vez dentro, descubrieron algo terrible: una manada de criaturas corrompidas por los dioses antiguos. Cuando la guerra de los dioses antiguos contra los forjados por los titanes estaba prácticamente perdida, C'thun lanzó un ataque silencioso por todo el mundo, apoderándose de la mente de cualquier ser vivo que tocara.

Ingvar y sus camaradas eran increíblemente inferiores en número, pero no huyeron. La mayor parte de los vrykuls cayeron en cuestión de minutos, pero Ingvar permaneció en pie. A pesar de sus graves heridas, consiguió atravesar la cueva mientras acababa con todos los enemigos que hallaba en su interior.

Tras su último aliento, la val'kyr Helya envió el espíritu del guerrero a las Cámaras del Valor, donde Odyn lo recibió con los brazos abiertos.

CUARTA PARTE

La muerte de Ingvar fue un noble sacrificio que se tradujo en una victoria contra todo pronóstico. El guardián Odyn lo declaró un ejemplo para los Valarjar y le otorgó la propiedad de las espadas. En época de grandes peligros, Ingvar siempre fue el primero en guiar a los Valarjar hacia la refriega.

No obstante, sus actos heroicos llegaron a su fin.

Cuando Odyn quiso hacer realidad su visión de las Cámaras del Valor y los Valarjar, tuvo que crear a las val'kyr, espíritus capaces de conservar las almas dignas hasta el fin de los tiempos. Helya no había mostrado interés en unirse a las val'kyr. De hecho, nadie se había ofrecido a ello. Odyn la transformó en val'kyr junto a otras en contra de su voluntad.

Durante muchos años, Helya no tuvo ocasión de buscar venganza. Cuando le llegó la oportunidad, la tomó con total determinación.

QUINTA PARTE

El guardián Loken sucumbió al influjo de la locura, pero conservó su inteligencia. Sabía que Odyn y sus Valarjar serían enemigos formidables, así que ofreció a Helya una propuesta. Él rompería el control de Odyn sobre ella y, a cambio, ella tendría que dejar encerrados a Odyn y sus campeones en las Cámaras del Valor.

A Helya le hirvió la sangre y aceptó. El plan salió casi a la perfección. Odyn no se esperaba en absoluto la rebelión de Helya y acabó neutralizado junto a casi todos sus Valarjar en su santuario celestial

Cuando Helya atacó, solo unos pocos Valarjar estaban fuera de las Cámaras del Valor. Uno de ellos era Ingvar.

Tomó las espadas de guerra y lanzó un contraataque inmediato, deseoso de derrotar a Helya y liberar a Odyn.

SEXTA PARTE

Como val'kyr, Helya ejercía un tremendo control sobre los espíritus de los caídos. Campeón o no, Ingvar comprendió que iba a emprender una batalla de la que probablemente no saldría victorioso.

Sin embargo, disponía de aquellas espadas de guerra, imbuidas con el poder de Odyn. No hubo nadie más que lo intentara.

Ingvar encontró a Helya e intentó acabar con ella. Las espadas tenían un gran poder en manos del guerrero. Finalmente, aunque sufrió, ella subyugó su espíritu y lo aniquiló para siempre. Las espadas cayeron en Azeroth, entre los pocos artefactos Valarjar que estaban atrapados en las Cámaras del Valor.

Helya se las quedó como recuerdo de su victoria ante el guardián Odyn.

SÉPTIMA PARTE

Durante milenios, Helya consiguió tantas almas de vrykuls como pudo y sus filas de Kvaldir, vrykuls corruptos no-muertos, siguieron en aumento.

Helya comenzó a ir tras las almas de heroicos vrykuls caídos, pero también de los vivos. Cualquier vrykul que tuviera posibilidades de conocer la verdad sobre el conflicto entre Helya y Odyn se convirtió en un objetivo. Mandó a sus Kvaldir a matarlos con implacable eficiencia.

Comenzó a formar sus propios campeones, los Helarjar de Helheim, a los que ordenó peinar Azeroth en busca de sus enemigos.

OCTAVA PARTE

Todos los espíritus que acababan en manos de Helya sufrían terriblemente. Helheim era un infierno para los héroes vrykuls, que acababan convertidos en Kvaldir aunque hubieran demostrado su valía para entrar en las Cámaras del Valor como Valarjar.

Muchos de estos vrykuls consiguieron más poder una vez muertos que en vida. Bajo el estímulo de Helya y con miedo a decepcionarla, obedecían sus órdenes sin rechistar.

Finalmente, uno de esos Kvaldir llamó la atención de Helya. Vigfus Corriente de Hojas destacó en la batalla contra los vrykuls y Helya decidió que era digno de portar las espadas para siempre.

¿Qué mejor forma de acabar con la vida de los fieles de Odyn que con dos de sus creaciones más preciadas?

NOVENA PARTE

Vigfus Corriente de Hojas usó estas espadas durante años para asesinar a muchos héroes vrykuls. Incluso Helya imbuyó las hojas con parte de su propio poder, como había hecho Odyn. El potencial asesino de las hojas no solo se vio incrementado, sino que Helya pudo hacerse con las almas de sus víctimas con mayor facilidad.

A decir verdad, el poder de Helya es lo que hace que las armas sean verdaderamente magníficas. Este poder, mezclado con su odio, choca una y otra vez con el espíritu de Odyn. La tensión entre ambas energías impregnará las hojas por siempre, amenazando con abrumar a su portador en combate. Un único despiste en el calor de la batalla podría terminar siendo fatal.

No lo olvides.

DÉCIMA PARTE

El campeón de Helya, Vigfus Corriente de Hojas, llevó estas armas durante milenios, derramando una cantidad inimaginable de sangre de héroes.

En ocasiones, Helya lo ponía a prueba para ver si seguía siendo digno de su beneplácito. Lo llevó a luchas imposibles. A veces lo enfrentaba a otros Kvaldir excepcionales o le ordenaba saquear asentamientos vrykuls sin ninguna ayuda.

Empuñando estas armas, nunca fracasó.

UNDÉCIMA PARTE

Corriente de Hojas solicitó la ayuda de Helya en los momentos previos a su propia destrucción. Ella se la ofreció, vertiendo incluso más cantidad de su espíritu en las armas. Aún queda un resto de ese poder adicional y así será para toda la eternidad.

Estas armas se forjaron para ayudar a los guerreros más poderosos a luchar sin temor. Transforman la sed de sangre en poder y solo aquel que tenga una voluntad indomable podrá aspirar a controlarlas. Si Azeroth vuelve a sufrir su ataque, el mundo podría no sobrevivir.

Si se usan en su defensa, el mundo podría no caer jamás.

Escama del Guardián de la Tierra

Artículo principal: Inv shield 1h artifactmagnar d 01 [Escama del Guardián de la Tierra] y Inv sword 1h artifactmagnar d 01 [Scaleshard]

ESCAMA DEL GUARDIÁN DE LA TIERRA

These magnificent artifacts were forged from a scale of the Earth-Warder, Neltharion. As you might imagine, obtaining it came at a high cost.

This sword and shield have endured countless battles, wielded by a legendary vrykul warrior and king. Thanks to your help, his spirit can rest in peace, but his armaments now pass to you. May they bring you the same victories they brought him.

PART ONE

When Odyn created the Halls of Valor, countless vrykul sought to prove themselves worthy of joining the ranks of his mighty valarjar. Perhaps none went to such lengths as the one who would become king: Magnar Icebreaker. His victories in battle were beyond measure, and the strength of his deeds inspired others to seek their own heroic legacy.

Many of his greatest deeds were accomplished with two legendary artifacts: the Scale of the Earth-Warder and the Scaleshard. Obtaining them nearly cost Magnar his life, but their power carried him to heights even he never imagined were within reach.

PART TWO

Magnar's comrades gave him the name "Icebreaker" after his successful campaign in Northrend. While hunting nests of nerubians, Magnar discivered a way to surprise the enemy. Cracks in glacier walls could be turned into tunnels, allowing him to dig deep into enemy strongholds and assault them from within.

As he traveled across Azeroth, Magnar saw many powerful creatures, but none enraptured him so much as Neltharion, the Dragon Aspect of Earth. Vrykul and dragons rarely had reason to interact, but over the years, Magnar never failed to watch in awe when Neltharion flew overhead. With Neltharion's lair close to the vrykul home of Stormheim, Magnar began to wonder what might be waiting inside. What marvels would the Earth-Warder's den hold? What power could the vrykul obtain?

His curiosity would become an obsession.

PART THREE

Magnar Icebreaker convinced a raiding party of vrykul warriors to accompany him into Neltharion's lair. They waited until they saw the Dragon Aspect leave his mountain, and then they carefully crept inside. They hoped they would find treasure or artifacts; what they found instead was a host of enemies.

Though Neltharion was gone, many of his kin remained. A colossal fight broke out in the smaller side caverns beneath Highmountain, pitting the vrykul invaders against impossible odds. Magnar led his party in a frantic run for an exit, but before they could escape, Neltharion returned to his lair.

The Dragon Aspect, enraged at the trespassers, unleashed a single lethal breath of fire. There was nowhere to hide and nowhere to run. In desperation, Magnar grabbed a piece of debris from the ground--it was one of Neltharion's cast off scales. It saved Magnar's life. The blast of flame parted around the black scalem but the sheer force carried Magnar out of the lair, sending him tumbling down the slopes of Highmountain.

Magnar was badly wounded, but he survived.

PART FOUR

A black dragon's wrath was not easily shrugged away. It took years for Magnar to recover from his injuries.

He spent the time examining the scale he had taken from Neltharion's lair. He was in awe of its resiliency. It had saved him from a fiery death without being so much as scratched or singed. Magnar wanted the scale to be forged into a lasting armament, but no vrykul blacksmith knew how to sculpt something so unusual.

As Magnar recuperated, he began to study the art of blacksmithing. If nobody else knew how to unlock the scale's potential, he would learn to do it himself.

PART FIVE

Few understood Magnar's motivations. Most vrykul sought a place in the Halls of Valor through glory on the battlefield, not by working a blacksmith's forge. In time, Magnar would become known as a respectable smith in his own right. The edges of his blades were often sharper and more precise than those of his peers.

They needed to be. Magnar knew he would only have one opportunity to craft Neltharion's scale into a worthy shield.

When the time came, Magnar retreated to his forge and began to work. Days later, he emerged. In his grasp were two armaments unlike any the vrykul had ever seen. One was a shield of unimaginable endurance. The other was a sword, polished to a fine edge. It was the last time Magnar created a weapon.

He would never need another.

PART SIX

Magnar was already a respected warrior. With his new sword and shield in his hands, he became a legend. Tempered by his disastrous venture into Highmountain, he approached his campaigns with thoughtfulness and discipline, and against his newly forged power, the enemies of the vrykul stood little chance.

Other vrykul flocked to his side with each victory, believing that Magnar's astonishing feats would usher them all into the Halls of Valor as Valarjar, immortal champions.

Before long, Magnar was leading a sizeable portion of the vrykul people. Only a few years after forging his armaments, he was known as King Magnar Icebreaker.

PART SEVEN

Magnar Icebreaker eventually returned his sights to the region where he had made his name: Northrend. Remnants of the insectoid nerubian armies were once again emerging from their caves, seeking to seize Ulduar and the titan machinery within it.

Against Magnar, they did not get far. The king led his people against the nerubians, pushing them back to the entrance of Azjol-Nerub itself. So thorough was the nerubians' defeat that they ceased all aggression for millennia.

PART EIGHT

No vrykul doubted that Magnar would ascend to the Halls of Valor upon his death. And even though Helya had sealed away Keeper Odyn and the Valarjar, she wondered if Magnar's spirit would be strong enough to make the journey anyway.

King Magnar Icebreaker had his sights focused firmly on the city of Stormheim, now occupied by Highborne elves. The vrykul believed that their path to a glorious afterlife with Odyn would be cleared if they once again held their ancestral home.

Helya and her followers knew this ambition would provide their best opportunity to bring down Magnar... and with luck, his soul would be dragged to Helheim, not the Halls of Valor.

PART NINE

The vrykul launched a massive attack on Stormheim, surprising the Highborne with their ferocity. For weeks the two sides skirmished. Magnar led the charge. The Scale of the Earth-Warder protected him from the elves' arcane reprisals, and the vrykul's assault scored immediate victories, building enough momentum to push the Highborne out of the city entirely.

The elves' last chance to reclaim the city happened at Nightborne Pass. The Highborne rallied their forces for a final counterattack, clashing with the vrykul in a brutal, confined brawl.

In the end, the vrykul stood victorious. The Highborne were forced to flee for their lives. They never made a claim upon Stormheim again.

But it was then, at the moment of Magnar's biggest triumph, that betrayal fell upon him.

PART TEN

Mere moments after the vrykul secured their victory over the Highborne, the servants of Helya struck. Traitors arose within the vrykul's ranks to slaughter Magnar's closest confidants... and his son, Hruthnir. Amid the chaos, more of Helya's followers, the Helarjar, arrived to make sure Magnar was killed.

After seeing his son butchered, Magnar was consumed with rage. He became a whirlwind of death, killing every enemy within reach. Countless Kvaldir and traitorous vrykul had fallen to his blade before, finally, they brought him down. His people were able to rally and prevent the Helarjar from claiming Stormheim, but they were too late to save their king.

PART ELEVEN

In death, Magnar's spirit lingered. His rage stopped him from making the journey to the Halls of Valor... but it also kept his soul from Helya's grasp.

For thousands upon thousands of years, he burned with righteous fury, hovering between the life long past and the afterlife he deserved. But now he is free, reunited with his son in the presence of Odyn.

His armaments remain on Azeroth, destined to bring glory and honor to whoever wields them next.

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